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Inmersa en la larga tradición oral de la narración de cuentos Waorani, Anita Yeti comparte su propia historia de madurez como una joven mujer Waorani que vive en lo profundo de la selva amazónica. Siguiendo a Anita y su comunidad durante más de diez años, la película captura su transición de una adolescente tranquila a una madre segura de sí misma en un punto de inflexión crítico para su cultura y su selva tropical. Como nieta de uno de los últimos ancianos waorani que vivían en completo aislamiento antes del contacto con el exterior, Anita está decidida a capturar la experiencia única de su abuela mientras pueda – equilibrando la escuela, la maternidad y la tradición en el camino.
MIWENE es una labor hecha con cariño y el resultado de 12 años de colaboración con la comunidad indígena waorani de Kewediono, en la Amazonía ecuatoriana. Nos hemos esforzado por compartir el control creativo y la propiedad con múltiples narradores, lo cual se ajusta más a la costumbre waorani de contar historias y colaborar. Por lo tanto, MIWENE cuenta con cuatro directores principales. Anita Yeti y Obe Nenquimo son mujeres indígenas waorani de la comunidad de Kewediono, y Jennifer Berglund y yo (Keith Heyward) somos cineastas estadounidenses que nos conocimos en Ecuador en 2005 y trabajamos como profesores voluntarios en Kewediono en 2011. Muchos de los cineastas waorani viven actualmente en comunidades remotas sin acceso a internet, por lo que nos honra presentar esta película en su nombre y en el del resto de nuestro equipo.
Desde sus inicios, esta colaboración se basó en el reconocimiento de que la narración de experiencias indígenas siempre ha estado dominada por perspectivas externas con mayores privilegios y recursos. Por lo tanto, para nosotros fue crucial reconocer el desequilibrio de poder inherente que los colaboradores no waorani aportaron al proyecto y, por lo tanto, buscar todas las oportunidades para otorgar control creativo y responsabilidad financiera a los protagonistas y a los miembros de la comunidad cuyas historias se representaban. En nuestra primera reunión comunitaria en 2011, toda la comunidad nos dejó claro que no serían personajes pasivos en esta historia, como lo habían sido en películas anteriores sobre su cultura, sino que querían participar como narradores. El liderazgo de Gange Yeti y Obe Nenquimo, en particular, fue invaluable para crear una historia más auténtica en todas las etapas del proceso cinematográfico, a pesar de las dificultades técnicas de vivir en una comunidad tan aislada.
Durante los últimos 12 años, Jennifer y yo hemos forjado relaciones estrechas con muchas familias de Kewediono, desarrollando confianza, comprensión y colaboración, factores cruciales para contar esta historia. Hemos visto a algunos de nuestros amigos más cercanos de la comunidad lidiar con el suicidio, la enfermedad y la pérdida de seres queridos por mordeduras de serpiente y la falta de acceso a la atención médica. A medida que estas experiencias y relaciones se desarrollaban, la historia se desarrollaba, convirtiéndose en una exploración más personal de la cultura, la identidad y la autonomía. Lo que impulsa esta historia es la perspectiva de que la cultura y la identidad nunca son estáticas y, por naturaleza, siempre modernas en sus manifestaciones. No son algo para preservar, sino para vivir.